Olivier Falorni, el discreto y decidido "director" de la legislación sobre el final de la vida

El lunes 26 de mayo, en el bar de la Asamblea Nacional, Olivier Falorni fue interrumpido con frecuencia durante sus explicaciones. Ya sea por algún compañero diputado que se acercó a estrecharle la mano para felicitarlo, o por una llamada de alguno de los muchos medios de comunicación que se ponen en contacto con él. Las dos últimas semanas han sido intensas para el diputado de Charente-Maritime (miembro del grupo MoDem), ponente general de los proyectos de ley sobre cuidados paliativos y final de la vida, recién examinados en la Cámara. Su barba de tres días da testimonio de un día libre que se concedió el domingo, antes de atacar el sprint final de votaciones formales el martes en la Asamblea. Una línea recta en medio de un largo maratón –lejos de terminar– para defender la muerte asistida, que el diputado persigue desde hace varios años pese a los obstáculos.
Su larga lucha y su papel en los dos proyectos de ley sobre el fin de la vida adoptados el martes por la Asamblea Nacional lo han convertido en una de las figuras centrales de los debates de las últimas dos semanas. Debates que se desarrollaron en un ambiente sereno, a pesar del carácter divisivo de la muerte asistida, algo que el relator general celebra, recordando "la violencia de los intercambios" en torno al matrimonio universal, en 2013, o la ley Veil sobre la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, en 1975. "Habrá un orgullo colectivo en esta Asamblea por haber podido abordar, por primera vez en la historia, un tema social de gran importancia con serenidad" , celebra Olivier Falorni, con una sonrisa que rara vez se le escapa.
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